sábado, 4 de febrero de 2012

Islandia misteriosa (Parte I)

Fiordos en Flateyri (Westfjords)
Todavía recuerdo con ilusión cuando pisé por primera y única vez suelo islandés. Fue en agosto de 2010 y mi aventura como periodista comenzaba llena de sentimientos encontrados y ganas de trabajar. Había escogido pasar parte de mi verano como voluntario en una Asociación Ecologista recorriendo la parte Noroeste del país y desde entonces, me quedé enamorado de una tierra mágica y llena de leyendas. Porque hay algo en Islandia. Un halo de magia que envuelve a su cultura y sobre todo, a sus enigmáticos paisajes.

Y es que aunque Islandia volviera a la palestra en 2010 por los estragos causados por el glaciar "Eyjafjallajökull", su historia y folklore guardan enriquecedores relatos que provienen, sobre todo, de sus orígenes escandinavos. Y esta es una de las misiones que me planteé. ¡Empaparme del espíritu y misterio de este frío país! Ya en Madrid, en la preparación de mi viaje, había leído sobre el amplio catálogo de seres mitológicos existentes en Islandia. Sin embargo, lo que nunca imaginé es que a día de hoy, muchos de sus habitantes todavía creyeran en la existencia de estas criaturas ancestrales.

Sin ir más lejos, en el pequeño pueblo de Isafjödur, uno de los puntos en los que centramos parte de nuestro trabajo, se cuenta que pequeñas hadas, gnomos y ángeles guardianes campan a sus anchas por las cercanías de esta localidad, relacionándose con los seres humanos.
Pero no todo son diminutos y amables seres en Islandia. Elfos y trolls también forman parte de este insólito catálogo de monstruos. A los primeros se les llama en ocasiones, "Hidden people" o "personas escondidas", debido a la creencia de que habitan debajo de algunas rocas y a los que es mejor no molestar. De hecho, muchos jardines islandeses presentan pequeñas casas de madera para darles cobijo. De los segundos se dice que viven ocultos en frías y oscuras cavernas y que fueron los causantes de la aparición del istmo de los Westfjords (Fiordos del Noroeste) después de una violenta lucha.

Pero si existe una costumbre arraigada en Islandia, ésta es la creencia de sus habitantes en la brujería. Son numerosas las referencias que señalan que desde hace centenares de años, muchos de sus pequeños pueblos del Norte estuvieron ocupados por astutos brujos (la mayor parte de ellos, hombres) que realizaban hechizos para conseguir todo lo que quisieran, ya fueran enfermedades, amor, dinero e incluso comida. Y es que en el siglo XVII, la costa de Strandir vivió una auténtica persecución de brujos que eran procesados por cazadores como el sheriff Magnús Magnússon, quien terminó enriqueciéndose debido a sus particulares acusaciones.

Magnús Magnússon

Muchos de estos oscuros orígenes, podemos encontrarlos en lugares tan insólitos como el Museo de la Brujería de Hólmavik. Otro punto indispensable, en el que pude descubrir numerosos objetos y símbolos relacionados con las ciencias ocultas islandesas.

Por el momento, nada más. Haremos una breve parada en nuestro camino por Islandia. En próximas entradas, seguiremos conociendo parte de este insólito país: sus fantasmas, sus volcanes, tristes tragedias... ¡Os sorprenderá!  

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